(Pequeña pieza de salita de estar)
Después de haber regentado durante años un Cabaret en el Pinsapar de la Sierra de Cádiz, Conchita y Mariló sufren el desahucio.
Indignadas y en la ruína aparecen cargadas con lo poco que han rescatado del local antes de que llegara la policía: vestuario, atrezzo, algún mueble y sobre
todo a ellas mismas. En el camino montan su salita de estar. Un hogar donde descansar y sacudirse el trauma que supone semejante atropello. Es
allí dónde recuerdan sus años dorados, discuten, ríen, beben, cantan, bailan… Convirtiendo así su salita de estar en un nuevo cabaret improvisado.
El cabaret, nacido en origen como género contestatario y de denuncia sirve de vínculo dramático a estas dos actrices para reivindicar la
dignidad artística tan vilipendiada en esta época que nos ha tocado vivir, recrear épocas doradas en los que sus espectáculos de cabaret brillaban
con luz propia y denunciar una situación de triste actualidad a través de este género que es capaz de convertir el disparate en virtud, la desgracia en ácido humor y la ternura y las ganas de
vivir en declaración de principios.